domingo, 16 de septiembre de 2012

DÍA 7: VENECIA

DÍA 7: VENECIA.
Hoy es un día especial, no por nada en concreto, simplemente por la ciudad que visitamos y el nombre que tiene. Alojarnos en Fusina da la oportunidad, como en campings anteriores, de despreocuparnos por el coche.
Compramos el billete del ferry que nos llevará hasta el Zattere (embarcadero) del Barrio Dorsoduro, en Venecia. El billete de ida y vuelta son 13 € por persona. No tarda más de media hora y tras atracar en Venecia, organizamos la visita para llegar a Piazza S. Marco y desde allí planificar la visita que queremos hacer de la ciudad.
Recorremos antes, todo el paseo que va junto al Canal della Giudecca hasta alcanzar la punta Della Dogana, desde aquí vemos por primera vez la salida y entrada del Gran Canal. Seguimos hacia la iglesia de S. Maria d. Salute. Visitamos el interior, entrada gratuita. Seguimos hacia el puente dell’Accademia atravesando los primeros canales acompañados en todo momento por diferentes palacios que hacen del entorno algo único.
Cruzamos el gran canal por el puente mencionado y nos dirigimos directamente hacia la famosa plaza S. Marco. Dejamos la oficina de turismo a nuestra derecha 5 metros antes de entrar en la plaza y nos encontramos con el espectáculo de la Catedral, el Campanille, todo el conjunto de soportales de la Procuratie y la torre dell’Orologio. Nos sentamos para contemplarlo, pero enseguida vienen dos amables señoritas y nos hacen levantarnos, no está permitido sentarse en los escalones que rodean toda la plaza ni dar de comer a las palomas.
Tras dibujar la primera parte de la visita en el callejero que hemos cogido en el museo de la música, merece mucho la pena entrar a verlo, empezamos a caminar con otros tropecientosmil turistas más. Todo este primer itinerario lo realizamos en el propio barrio de S. Marco. (CONSEJO: Existe un ticket combinado para visitar 16 iglesias por 10€, ahorrando dinero ya que una sola cuesta 3€).
Por supuesto vamos hacia la Piazzetta donde se encuentra el Palacio Ducale y vamos a ver el archiconocido Puente de los Suspiros. Desde aquí San Zacarias, varios palacios y bastantes canales hasta Ss. Giovanni e Paolo que merece una mención especial porque llama bastante la atención todo su conjunto. También hay que ver S. María del Miracoli, aunque sea por fuera.
De nuevo ponemos piloto automático para seguir callejeando, disfrutando del día, de los rincones y de lo que nos rodea. Nuestro objetivo es de nuevo la Pza. San Marcos.
La segunda parte del recorrido la hacemos con la idea de alcanzar el Puente di Rialto. Mantenemos el ritmo de caminar y seguimos dejando detrás palacios, iglesias, canales y un montón de turistas. Tras alcanzar la Riva del Carbón tenemos ante nosotros el famoso puente. Hacemos alguna de las fotos de rigor y continuamos atravesando a la otra orilla del canal hacia el barrio de S. Polo y S. Croce. Con varios canales más a nuestras espaldas y callejeando lo máximo posible para descubrir el mayor número de estampas que nos puede ofrecer esta ciudad, llegamos hasta S. María Gloriosa dei Frari  y todos los monumentos que la rodean, entre otros: iglesia de San Pantaleon y la Scuola Grande di San Rocco, esta última muy llamativa en su interior.
Ahora las horas se van notando y decidimos seguir hasta el Gran Canal dando una gran vuelta por la iglesia de S. Giacomo dall’Orio hasta la zona de Ca’ Pesaro y la parte de canales perpendiculares al Canal hasta llegar a la Piazzale Roma donde decidimos subirnos al vaporetto número 1, cuesta 7€ por persona. Éste va haciendo todas las paradas, como cualquier autobús urbano de una gran ciudad, remonta el Gran Canal y nos permite tener una nueva vista de los edificios que esta mañana nos ofrecían una panorámica diferente. (AVISO: Comprad el billete, a nuestro lado se lo pidieron a unas chicas y… “receta seria” por no llevarlo).

Los vaporettos os ofrecen multitud de posibiliades para recorrer el Gran Canal decidid cual es la que más os cuadra.
A las 19:30 nos montamos en el ferry que nos lleva de vuelta al camping. Ha sido un día durillo, pero merece mucho, mucho la pena.

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